Hacia el año 910 se funda una abadía que estará llamada a ser la mayor que la cristiandad conoció en la Edad Media: la abadía de Cluny. En apenas 200 años, tejió por toda Europa una red de monasterios que se extendía desde Irlanda hasta Tierra Santa y desde Polonia a la península ibérica. Su poder e influencia transcendía los reinos regionales, siendo una ‘iglesia dentro de la Iglesia’, rindiendo cuentas sólo ante la Santa Sede.
Un recorrido que permite empaparse de los orígenes de los reinos históricos de España a través de uno de sus agentes protagonistas, los monasterios cluniacenses. Los otrora grandes señoríos se ubican hoy en zonas rurales de gran riqueza paisajística, vertebrando toda una serie de rincones a su alrededor que esperan a ser descubiertos. Son enclaves privilegiados en los territorios de Aragón, Castilla y León y Asturias que, en combinación con sus variadas virtudes gastronómicas, ofrecen al visitante una experiencia que le acerca a la vivencia de los antiguos monjes, pudiendo recorrer los territorios de sus dominios, sus incomparables templos y claustros e incluso, en algunos, pernoctar entre sus muros cual tiempos medievales, pero con las comodidades del s. XXI.