Ramales de la Victoria es mucho más que un cruce de caminos entre mar y montaña. En este rincón de Cantabria, el arte rupestre se manifiesta en su forma más pura y ancestral, mientras que las rutas históricas evocan el paso de uno de los personajes más poderosos de Europa: el emperador Carlos V. Aquí, las piedras hablan… y lo hacen desde hace más de 25.000 años.

CRUCE DE CAMINO: ZWEIGE DES SIEGES

Ramales está rodeado por algunas de las cuevas más importantes del Paleolítico europeo. El silencio de la montaña es solo aparente: en su interior, los muros cuentan historias de hielo, animales y símbolos primitivos.

  • Covalanas: Segunda cueva de arte rupestre descubierta en España, después de Altamira. Sus famosas ciervas rojas, de unos 25.000 años, pintadas en ocre intenso, te observan desde las entrañas del monte Pando. La visita, a oscuras y con linterna, es un viaje emocional a la Edad del Hielo.
  • Cullalvera: A escasos metros del centro urbano, esta cueva es un coloso natural. Aunque más conocida por su belleza geológica que por sus pinturas (algunas de las cuales aún se investigan), sorprende por sus dimensiones: una entrada de 40 metros de alto que conduce a un mundo subterráneo imponente.
  • Un entorno prehistórico privilegiado: Ramales alberga otros muchos tesoros prehistóricos y en su entorno cercano se puede acceder a otras joyas del arte rupestre Patrimonio de la Humanidad.

En 1556, Carlos V atravesó Ramales en su último viaje hacia el retiro en el Monasterio de Yuste. Lo hizo viejo y cansado, pero aún majestuoso. Siguió caminos que hoy puedes recorrer tú mismo:

  • El Camino del Haza: Sendero natural que lleva a Covalanas y que el emperador usó para cruzar el río Calera en su ruta hacia Lanestosa.
  • El puente olvidado: Construido en piedra local, este pontón, hoy apartado de las rutas modernas, fue testigo del paso de siglos y quizá del mismísimo Carlos V. Está escondido donde se abrazan los ríos Asón y Gándara.

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ERFAHRUNGEN

¿Por qué Ramales de la Victoria es único?

Porque pocos lugares reúnen en tan poco espacio la emoción del arte más antiguo de la humanidad y la huella de un emperador. Aquí la piedra no solo construye, también cuenta. ¿Listo para explorar un museo natural con alma imperial?

No te Pierdas:

  • El entorno natural:  cascadas y bosques que envuelven las cuevas como si custodiaran un secreto.
  • Gastronomía: la montaña y la cercanía al mar ofrecen unos platos variados con guiños a otros tiempos. Un viaje en sí mismo